La Casa de Bernarda Alba
“Primera década del S. XX, es verano,
tu padre acaba de morir y tu madre ha decretado un luto de ocho años para ti y tus cuatro hermanas, durante el cual no podréis salir de vuestra casa”. Así comienza La
Casa de Bernarda Alba, la última obra teatral del genial Federico García
Lorca (1898 – 1936).
A pesar de haber sido escrita hace
más de 80 años, La Casa de Bernarda Alba trata temas que siguen estando de
actualidad: el papel de la mujer en la sociedad, la hipocresía de las
apariencias (el “postureo”) o el matrimonio concertad.
Destaco la maestría de sus escasas
descripciones y vivaces diálogos.
Ante todo, se trata de una obra dura,
donde el calor del verano asfixia tanto a los personajes como al lector,
recrudeciendo los odios negros confinados en las paredes blancas de la casa.
Este hecho, junto con la patriarcal y arcaica actitud de Bernarda, puede hacer
que en ocasiones nos den ganas de cerrar el libro y dejar a su suerte a las
cinco jóvenes que se hallan prisioneras de los principios de su madre. Si
conseguimos resistir estos impulsos, descubriremos una vez más el placer de
leer un clásico.
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